Simpatía vs Empatía
Primeramente miremos dos definiciones
* Sentimiento, generalmente instintivo, de afecto o inclinación hacia una persona o hacia su actitud o comportamiento, que provoca encontrar agradable su presencia, desear que las cosas le salgan bien, etc.
* Participación afectiva de una persona en una realidad ajena a ella, generalmente en los sentimientos de otra persona.
¿Cuál es la simpatía y cuál es la empatía?
CARGAR EL VENADO
Estaba un hombre a la orilla del camino sentado en una piedra, bajo la sombra
de un frondoso árbol; se le miraba triste y meditando cabizbajo. Casi, casi a
punto de soltar el llanto. Así lo encontró su compadre y amigo de toda la vida,
quien al verlo en semejante situación, le preguntó cuál era el motivo para
estar en una situación tan desesperante.
- Compadre, ¡¡la desconsiderada es mi mujer!! Ella es la culpable de mi
situación. Esta noche la desaparezco; pero que se muere, se muere.
- No diga eso compadre, mejor dígame por que la quiere matar; a lo mejor yo
puedo ayudar a encontrar una mejor solución al problema.
El compadre después de respirar profundo y conseguir la calma, empezó su
relato:
Mire compadre, usted sabe que somos muy pobres y en mi humilde rancho la única
forma de acompañar los fríjoles es con un pedazo de carne que consigo en el
monte cuando salgo de cacería.
Me voy con mi escopeta, paso varios días de penalidades, arriesgándome con los
peligros del monte, esquivando víboras y animales salvajes, soportar la
terrible comezón que me producen las garrapatas, los piquetes de mosquitos,
aguantar el frío de las noches que se mete hasta los huesos
Luego, por fin, si la suerte me socorre, logro cazar un venado; pero aún así,
tengo que cargarlo a mis espaldas todo el largo camino de regreso al pueblo y
subir la cuesta de la loma hasta llegar a mi casa.
todavía no termino de llegar, cuando aparece mi señora con el cuchillo en la
mano e inmediatamente empieza a repartir el venado entre los vecinos y sus
familiares. Que una pierna pa'doña Juana, que otra para doña Cleo, que este
lomito pa'mi mamá, que las costillitas pa'mi hermana, que esto pa'ca que esto
pa'llá y a los dos o tres días de nuevo sin nada que comer el tonto, otra vez
de cacería.
Pero ya me cansé y esta noche la desaparezco.
El compadre después de meditar un momento, le dio la solución: Invite a su
mujer a cargar el venado.
-¡¿Qué?!
- Sí llévese a la comadre de cacería, no le diga las penurias que pasa para
llevar el venado a casa. No le hable de los caminos empedrados, ni los
mosquitos, ni los peligros, ni del frío. Invítela a la cacería para que
disfruten juntos de los bellos paisajes, del esplendor de las estrellas que
cobijan la noche, de los manantiales cristalinos que reflejarían románticamente
sus imágenes, de la graciosa manera en que caminan los venados, como si fueran
bailarines de ballet; del dulce canto de los grillos y pájaros silvestres ...
en fin, píntele bonita la cosa.
El compadre siguió el consejo y por supuesto la convenció.
Ella, entusiasmada fue con falda larga hasta el tobillo, que poco a poco se le
desgarraba con las púas en el camino; la blusa le quedó toda dañada, los
zapatos se le rompieron por las piedras y las espinas la hicieron sangrar. El
cabello se le maltrató: le quedó tieso como estropajo. Se le pegaron por todas
partes garrapatas y bichos. Las manos llenas de ampollas y llagas que se le
hicieron al abrirse paso entre el espeso monte y estuvo a punto de sufrir un
infarto al toparse con una enorme víbora.
Por fin, después de tantos martirios encontraron un venado. El hombre sigiloso
se acerco a su presa, localizó el blanco justo para liquidar al escurridizo
animal; con agilidad pasmosa disparó y el venado cayó muerto. La mujer no cabía
de júbilo pensando en que su sufrimiento había terminado, pero no era así.
- Ahora mi amor, quiero que cargues el venado para que veas lo bonito que se
siente, le dijo el hombre masticando con una expresión rabiosa cada una de sus
palabras.
La mujer casi se desmaya ante la mirada asesina de su marido, pero ante la
desesperación por regresar a sus casa, ni para protestar tuvo alientos. Cargó
el venado en su espalda hasta su casa, casi muerta con las piernas temblando,
jadeando y a punto de reventársele el corazón; al llegar tiró el animal en la
sala de su casa.
Sus hijos y vecinos salieron a recibir a la pareja de cazadores y acostumbrados
a la repartición, gritaron con alegría:
- ¡¡¡ Vamos a repartir el venado!!!
La mujer tirada en el piso, hizo un esfuerzo sobrehumano para levantar la
cabeza y con los ojos inyectados de sangre, volteó a los vecinos y agarrando
aire hasta por las orejas, les gritó:
- ¡¡¡ El que me toque ese venado, lo mato!!!
REFLEXIÓN:
Para valorar el esfuerzo ajeno y respetar la real dimensión del trabajo de los
demás, todos debemos aprender a "cargar el venado".
Muchos tienen riquezas, empresas y comodidades porque durante años cargaron
muchos venados para llegar donde están ahora ...
Y muchos otros, como la comadre del cuento, siempre esperan cual hienas a que
llegue el familiar, el vecino, el amigo, el conocido o hasta el desconocido con
el venado a cuestas para caerle y desgarrarlo, sin importar el esfuerzo que les
ha costado conseguirlo.
La experiencia adquirida con el paso de los años nos ha enseñado. Que sólo se valora aquello que se ha adquirido, como resultado de nuestro arduo trabajo, que sólo cuidamos aquello que nos ha costado esfuerzo, sudor sacrificio y hasta lágrimas.
¿Cuantas veces te ha tocado cargar el venado?
ResponderEliminarMuchas veces para conseguir lo que quiero ya que todo lleva esfuerzo y esmero propio por las cosas
ResponderEliminarAtte Jesús García de 9 A
Las veces que me a tocado cargar el venado es cuando me ha tocado esforzarme en mis compromisos para lograr mis metas y salir adelante, por que al yo copiarme del trabajo de otro, no valoro lo que el duro trabajandolo o haciendolo para yo solo transcribir.
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